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~ No me estanco. Si quiero celeste, mezclo azul y blanco

Actualmente...

sábado, 4 de abril de 2020

Aprender de uno mismo

Al final, todo fue cosa de aprender de uno mismo. Las horas de exigencia social pasaron a segundo plano y se priorizó tanto el auto cuidado y el cuidado colectivo... el que terminó siendo más individual, como siempre ya que todos en algún o cierto modo, tenemos desde lo innato lo territorial insertado en nuestras venas, legión y ante pasados. Y es que es algo complejo vernos desde esta vereda.
Está tu vida y la mía en sin igualdad de condiciones para zafar enfermedades y a futuro, quizá cuantas cosas más. Irreversibles realidades que han existido desde que el mundo es mundo.
El otro día se me vinieron un montón de ideas a la cabeza para poder pasar la cuarenta... desde; volver a bordar, aprender un poco más del teclado, leer algún libro, escribir canciones. Siendo sincera, no he completado ni dos. Me vine al campo en búsqueda de una tranquilidad que no iba a tener en un departamento que daba vista a todo un Concepción en calma y resguardo. Tampoco es una excepción el hecho de ver como nos empezarán a inundar las deudas y las tormentosas noches de pensar en nuestro familiares y en nosotros mismos todo el tiempo, como si fuéramos los únicos seres humanos con problemas en este territorio con millones, con la misma situación y con la misma sensación de incertidumbre.
Voy a ser sincera ... me he visto en esta posición unas cinco veces y me he sentido la persona más egocéntrica que he leído, luego leo y efectivamente soy yo. Podríamos entonces, tomar nuestras pilchas e irnos o quedarnos en los lugares que nos aclaren un poco. Como lo es mi caso... el campo.
Veamos qué tal, quizá las ideas se nos despejan un poco más.


martes, 10 de marzo de 2020

Sentirse cómoda

Me es algo complejo volver a escribir en otra parte que no sea el papel. Me gusta escribir, hablar y manifestar mis opiniones aunque a veces me cuestiono y siento las "mil culpas" por ser para muchas personas, un ser desagradable que no tiene muchas veces ese famoso filtro. Pero yo me pregunto ¿por qué acomodarme en la incomodidad de las demás personas? ¿acaso debería esforzarme por retener mis intensidades, ya que no son aceptadas desde los patrones conductuales ajenos? He vuelto, a modo público. He eliminado algunas entradas que tengo y tenía escritas desde el 2013 y siendo sincera los seguidores de este blogger son personas que ni conozco y ni me conocen, así que bajaré la intensidad de lo personal a algo más trivial quizá para ustedes, pero para mi todo es importante... es por eso que tengo planner, post it, diarios de vida. Quizá el problema soy yo y mi ansiedad generalizada, pero vuelvo a insistir... no me voy a culpar de nada, ni de mis obsesiones ni de mis crisis... creo que tengo derecho a irme y volver las veces que se me plazcan.
¿Hablemos de algo en específico? Lo siento, soy dispersa. 
¿Sabías que ese conjunto de rasgos se forman en plenas tempestades? yo básicamente soy más carácter que arterias. Chile y las personas han vivido un proceso transversal desde el interior y he aprendido a no cuestionar y más bien, aceptar. Me pasa que también estoy sintiendo un montón de emociones super importantes, en donde llegué al punto de inflexión de querer cambiar mi vida, fortalecer mis talentos e incluso eliminar malas costumbres. Sin dejarme gobernar por el deseo ajeno, sigo conociéndome y la verdad ha sido súper satisfactoria la sensación que tengo en el corazón. Las mañanas cobran sentidos más optimistas que antes, porque ser una persona depresiva por herencia y condiciones no es una lucha cualquiera. Y tampoco es una gracia, ni un trofeo... por si pensaban que decirlo era para figurar, sólo quiero contextualizar mi mente y aceptarme todos los minutos posibles. 
También he aprendido a permitir la pena como un proceso de conciencia absoluta, quebrando los relatos de mi estructura construida en base de pura hostilidad. La verdad, he aprendido a soltar cadenas de incesante culpa, no son mías. Aquí vamos... a luchar por sentirme cómoda, cómoda en este caótico plano, que siempre he pensado que es lo que merecemos... no así, lo que debemos permitir que nos condicione y nos duerma.
En mi última terapia, sentí a mis maestros forjando las herramientas que ya dispongo para un fin más específico; me dijeron que mi propósito era netamente dar amor incondicional sin importar las circunstancias. Lógico, sin romantizar o ir más allá de lo normal. Y francamente, me he sorprendido un montón al entender ese proceso de amor como algo que no me pertenece. Me siento tremendamente agradecida y por qué no decirlo, orgullosa de ese crecimiento personal que nunca pensé que sería tan sorpresivo, orgánico y enriquecedor. 
Es por esto, que empezaré a despertar esas ganas inmensas de decir tanto, a favor de comunicar(me) todo. Total, para eso me estoy formando y aunque no lo estuviera estudiando, lo haría igual. 
Cabe mencionar que soy transeúnte, un pasajero más. Ando de caminata por la vida... quizá dónde nos encontremos después, cariño. Y llego al punto de nuevo, al de la manía de la introspección y su cuestionamiento. Entonces, todo termina en la misma pregunta y respuesta trivial. 
¿Lo importante? sentirse cómoda. 

Kari


martes, 16 de agosto de 2016

"Yo canto, canto sin querer, necesariamente, irremediablemente, fatalmente, al azar de los sucesos, como quien come, bebe o anda porque sí; moriría si no cantase, moriría si NO cantase; el acontecimiento floreal del poema estimula mis nervios sonantes, no puedo hablar, entono, pienso en canciones, no puedo hablar, no puedo hablar; las ruidosas trascendentales epopeyas me definen, e ignoro el sentido de mi flauta, aprendí a cantar siendo nebulosa, odio, odio las utilitarias, labores, zafias, cotidianas, prosaicas, y amo la ociosidad ilustre de lo bello; cantar, cantar, cantar"




Gracias